lunes, 19 de mayo de 2014



Barreras psicológicas en la Toma de Decisiones.            
  Los principales obstáculos o bloqueos psicológicos provocan perjuicios en todas las áreas vitales y en especial, en el proceso de toma de decisiones. Son inconscientes, generalmente actúan juntos y se nutren unos a otros lo cual, no obstante, trae la ventaja de que al superar uno o varios de ellos se puede enfrentar a los demás. Rubin (1986) presenta bloqueos u obstáculos; a algunos de ellos se les ha cambiado un poco la denominación para facilitar su comprensión.
 Pérdida de contacto con los propios sentimientos, se refiere a la incapacidad para sentir y expresar sentimientos y emociones de amor, alegría, rabia, tristeza, miedo. Es un proceso inconsciente que comienza a edades muy tempranas y evoluciona progresivamente a medida que nos hacemos mayores. Por lo general, surge en ambientes abiertamente hostiles y rechazantes, que estropean el bienestar y la autoestima personal.
Muchas veces se expresa a través de mensajes directos o indirectos dependiendo del tipo “Los hombres no lloran” o “No te rías tan alto”, por ejemplo. “No quiero, no quiero “échamelo en el sombrero” es un dicho margariteño que revela la dificultad para expresar claramente que algo gusta o que se anhela, que se dice una cosa pero se hace otra. Todo lo contrario de “El que quiere besar busca la boca”, que indica que la motivación  impulsa a hacer algo. En síntesis, en la medida en que se desconoce o no, se toma en serio los sentimientos, estropeando de está forma el  proceso de toma de decisiones porque, aunque muchas veces el mismo es racional, no cabe duda de que el afecto ejerce un rol importante.
Cabe destacar, que la engañosa creencia de que no hay tiempo se utiliza frecuentemente con consecuencias negativas, ya que puede producirse una acentuada presión y una reacción de temor. Es uno de los principales obstáculos en el proceso de toma de decisiones, ya que impide hacer uso de los recursos personales que se necesitan para elegir una alternativa. Cuando la persona consigue liberarse de la fatiga del tiempo, suele desaparecer la ansiedad para así utilizar el tiempo provechosamente, de igual forma permite analizar y  examinar las opciones, durante las distintas fases de una elección.
Un criterio acertado, es decir, la capacidad de evaluar las opciones de forma racional y provechosa, es muy importante para el éxito en la toma de decisiones. Por el contrario, un criterio erróneo con frecuencia se debe a un deficiente análisis y a un pobre desarrollo de las ideas. Los trastornos emocionales, la desesperación, la euforia, el estrés, y los estados mentales gravemente perturbados deterioran el criterio de las personas. Todos los bloqueos discutidos ejercen, en mayor o menor medida, un efecto perjudicial sobre el criterio personal, cuya influencia es directamente proporcional a la intensidad de los mismos. El principal componente del criterio acertado es una visión objetiva de la realidad.
Es oportuno señalar, que las personas pueden pasar por períodos breves de trastornos emocionales, durante los cuales no es propicio hacer elecciones. Pero, cuando se producen trastornos tan pronunciados que conllevan pensamientos intrusos, intereses conflictivos, ausencia de un fuerte sentido del yo, carencia de una escala de valores, entre otros escenarios que impiden la integración o cohesión de todos los aspectos de una situación, se impone un tratamiento que pueda influir en el desarrollo de una fuerza integradora madura. Esta permitirá que la persona sepa quién es y qué quiere realmente, estableciendo un orden de prioridades, antes de estar en condiciones de tomar auténticas decisiones.
En conclusión, se afirma  que para hacer una escogencia adecuada es necesario, entre otras cosas, recolectar, evaluar y analizar la información sobre lo que se va a decidir. Tal información integra no sólo los recursos o potencialidades sino también las dificultades o limitaciones.



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